Este  es el escritorio familiar de casa que comparto con mis dos hijos en edad de  internet: Carmen (8 años) y Nacho (6) años y con mi mujer Pilar (edad  censurada).  Físicamente, apenas hay compromisos con la estética, ya  que se compone de dos mesas de cristal de IKEA apoyadas en los extremos  sobre caballetes y en el centro sobre una cajonera del mismo origen, unidas  con la inestimable ayuda de la cinta americana.  
Este invento compone  una superficie sin obstáculos realmente larga y estrecha que he podido  anexar a un ventanal aque proporciona luz natural, y nos permite  sacarle provecho a un pasillo ancho de la casa.  En este  superescritorio podemos estar hasta 3 miembros de la familia  conectadados: Nachete jugando a sus juegos de Ben10, Carmen con su mascota  virtual y yo o Pilar sacando curro desde casa.  Para sentarnos, dos sillas  de ruedas y un cajón gitano, recuerdo de mis días de Sevilla.  
Y para  animar el invento, una auténtica lámpara de lava diseño 1963 (regalo de  Rodriguez Zapatero el de Google), cubilete de lápices de Spiderman, foto de los  amigos del cole de hace 20 años (que siguen siendo mis amigos hoy) y  radio ochentera de Carrefour (para escuchar todos la misma música). 
Disponemos  de un mini-portatil HP, un escritorio de mesa Acer y un iMac que está bajo la  mesa, conectados wi fi al servicio de Superbanda (un proveedor local) que nunca  nos ha dado ningún problema y una impresora HP.  Todo esto nos tiene  que durar al menos hasta que Javi, mi otro hijo de 2 años, sepa abrir  Google.
Nacho  






